Health & Wellbeing
Síntomas, causas y tratamientos del pie de atleta.
Desafortunadamente, a pesar o quizás debido a que los humanos hicieron la transición de vivir en cuevas a casas bonitas con calefacción central, los hongos siguen siendo algo de lo que no podemos escapar por completo. Hay una gran cantidad de infecciones por hongos que atacan al cuerpo humano, pero una de las más comunes es el pie de atleta.
Síntomas del pie de atleta
El pie de atleta suele presentarse como una erupción entre el dedo meñique y el contiguo. La erupción suele ser roja y con picazón y puede provocar que la piel se seque, se vuelva escamosa y escamosa. La infección puede extenderse a la planta del pie, provocando que la piel se inflame, se agriete y duela y se formen ampollas. El riesgo adicional de infección bacteriana aumenta cuando la piel se agrieta y los tejidos subyacentes quedan expuestos, lo que conlleva el riesgo adicional (aunque poco común) de desarrollar celulitis. La infección del pie de atleta también puede extenderse a las uñas de los pies, provocando que se sequen, se vuelvan quebradizas y se desmoronen (infección por hongos en las uñas). Aunque, bastante raro, también es posible que el pie de atleta afecte las manos (una infección conocida como tinea manuum).
¿Qué causa el pie de atleta?
El pie de atleta es causado por hongos parásitos llamados dermatofitos. A los dermatofitos les encanta el ambiente oscuro, cálido y húmedo alrededor del pie. Son muy contagiosos y pueden transmitirse directamente a través del contacto piel con piel o indirectamente, al tocar artículos contaminados como toallas, sábanas, calcetines, etc. También es común que la infección se transmita al visitar piscinas comunitarias. /duchas (donde la gente camina descalza por zonas húmedas). Muy a menudo, el problema se agrava cuando los pacientes usan zapatos ajustados (los hongos pueden crecer tanto en ellos como en el pie) durante períodos prolongados. Esto proporciona condiciones cálidas y húmedas donde los hongos pueden prosperar.
Cómo tratar el pie de atleta
Si tienes un caso leve de pie de atleta, puedes tratarlo en casa:
- Es importante lavarse los pies periódicamente con agua y jabón y secarlos bien, especialmente entre los dedos.
- Lave sus toallas con regularidad y nunca las comparta con otras personas.
- Los mejores calcetines para evitar la infección por hongos son los 100% algodón o 100% bambú. Cámbiese los calcetines con regularidad (es posible que desee hacerlo más de una vez al día si sus pies se calientan o sudan).
- Los medicamentos antimicóticos vienen en muchas formas: aerosoles, cremas, líquidos, polvos y tabletas. Por lo general, primero se prueban los tratamientos tópicos. En su mayoría, están disponibles sin receta en el farmacéutico.
- Los antimicóticos tópicos deben aplicarse sobre la piel limpia y seca, incluidas las áreas circundantes a lo visible para prevenir la reinfección. Se deben lavar bien las manos antes y después de cada aplicación. Se utilizan diferentes antimicóticos durante distintos períodos de tiempo. Por ejemplo, generalmente no se recomienda el uso de hidrocortisona durante más de 7 días, ya que puede adelgazar la piel y hacerla más propensa a problemas recurrentes.
En algunos casos, sin embargo, puede ser necesario visitar a su médico para que le recete antifúngicos más fuertes, como si ha probado métodos caseros sin éxito o ha desarrollado una infección secundaria. Aunque a veces son necesarios, se informa que estos medicamentos tienen algunos efectos secundarios, especialmente en niños o personas mayores, y pueden causar inflamación en el hígado en aquellos que son susceptibles.
Prevención
Hay algunas cosas que puede hacer para prevenir la infección por pie de atleta:
- Lávese los pies con regularidad, teniendo cuidado de secarlos bien entre los dedos.
- Cambie calcetines, toallas y sábanas con frecuencia.
- Considere aplicar diariamente un suplemento como aceite de orégano mezclado con un aceite portador en el área problemática.
- Evite el calzado ajustado, especialmente en verano o cuando haga ejercicio.
- Si visita piscinas/duchas comunitarias, use chanclas.
Alterne calzado diferente para usar siempre zapatos secos y nunca compartir los zapatos de otra persona.